Ir al contenido

📍 Black Friday: historia real, cerebro real y compras irreales (por qué caemos una y otra vez)

27 de noviembre de 2025 por
📍 Black Friday: historia real, cerebro real y compras irreales (por qué caemos una y otra vez)
Avanz-IA, 2024, S.L., César Gil

📍 Black Friday: historia real, cerebro real y compras irreales (por qué caemos una y otra vez)



El Black Friday no nació como un día de descuentos, sino como un caos policial en Filadelfia. Hoy es el mayor laboratorio de PsicoMarketing del mundo: activa sesgos, estimula el sistema límbico y acelera decisiones impulsivas a través del modelo Cocodrilo–Mono–Almeja. Descubre por qué compramos sin pensar.

El Black Friday no nació como un día de descuentos, ni de ofertas, ni de consumo inteligente.
Nació como un problema.
Y, como suele pasar en la historia del marketing, un problema bien narrado termina siendo un negocio redondo.

Todo empieza en Filadelfia, años cincuenta. La policía lo bautiza “Black Friday” porque aquella mañana posterior a Acción de Gracias era un infierno: turistas por todas partes, tráfico paralizado, robos menores, tiendas desbordadas. Un nombre feo para un día feo. Nada más.

Lo divertido es que los comerciantes odiaban aquel nombre. Pero la gente ya lo usaba, y al final… cuando el público decide un concepto, te adaptas o mueres.

A finales de los setenta, la prensa nacional empezó a hablar del “Black Friday” y el comercio, que siempre huele a oportunidad, comprendió algo importantísimo: si el público ya entiende el término, solo hay que cambiarle el significado.

Y lo hicieron con una elegancia casi poética:
inventaron la historia de que el Black Friday era el día en que “pasaban de números rojos a números negros”.
Marketing emocional puro.
Un relato amable para vender un día que nació del caos urbano.

A partir de ahí, el fenómeno explotó.
En los años ochenta, los grandes almacenes empezaron a jugar la carta que cambiaría la historia del consumo moderno: el doorbuster.
Ese producto a precio absurdo, diseñado no para ganar dinero, sino para atraer masas.

Masas que entran por un televisor al 70%…
y salen con tres productos que no estaban rebajados.
El truco del capitalismo no es el descuento: es la narrativa alrededor del descuento.

Por qué caemos: PsicoMarketing y sesgos que controlan la compra


El PsicoMarketing explica la parte más humana del Black Friday, la que tiene que ver con los sesgos cognitivos y con esos atajos mentales que usamos para decidir sin pensar. Aquí es donde se cocinan de verdad las decisiones impulsivas.

Cuando alguien cree que compra porque “está rebajado”, en realidad está respondiendo a una estructura de sesgos perfectamente activada.


La escasez es uno de los más potentes: si algo parece limitado, lo deseamos más.
La urgencia activa nuestro mecanismo interno de supervivencia psicológica.
El FOMO —que nace en el mono, no en el cocodrilo— nos empuja a actuar rápido.
El anclaje hace que un precio tachado se convierta automáticamente en un referente mental.

Todos estos sesgos no se sienten como sesgos; se sienten como intuiciones.
Como “lo estoy viendo claro”.
Y ahí está la trampa:
el Black Friday funciona no porque haya descuentos, sino porque los descuentos están presentados exactamente en la forma en que nuestro cerebro comete más errores.

El papel del NeuroMarketing: estímulos que activan decisiones rápidas


El NeuroMarketing entra en escena cuando pasamos de lo psicológico a lo fisiológico. Aquí ya no hablamos de sesgos, sino de cómo los estímulos sensoriales activan estructuras cerebrales concretas.

El Black Friday es un festival de activadores neurofisiológicos: colores intensos (rojo y amarillo), señales visuales que inundan el campo periférico y mantienen al cocodrilo en alerta; ruido ambiental, movimiento, ritmo acelerado… todo diseñado para provocar una respuesta rápida antes de que la almeja pueda evaluar.

Curso presencial de Neuro Marketing

En una tienda física, los estímulos son directos: multitudes, empujones, sonidos, luz, la sensación de “estar perdiéndote algo”.
Online ocurre exactamente lo mismo, solo que condensado en una pantalla: banners que parpadean, ofertas que desaparecen, contadores regresivos.

El cerebro reptiliano reacciona antes de comprender; la activación límbica aparece antes de que puedas analizar; y cuando la razón quiere intervenir, ya estás dentro del carrito de compra.

Y el Black Friday lo aprovecha reduciendo el tiempo entre estímulo y acción al mínimo absoluto.

Cocodrilo, Mono y Almeja: así decide tu cerebro en Black Friday


La gente cree que compra “porque está rebajado”.
No.
Compra porque tiene un cerebro diseñado para sobrevivir, emocionarse y justificar decisiones… pero no para comprar sensatamente.

El cocodrilo reacciona primero. No piensa, no evalúa, no siente FOMO.
Solo ejecuta: urgencia → acción.
Colores agresivos, ruido, masas, movimiento.
Este cerebro reptiliano te empuja a moverte rápido.

El Cocodrilo, el Mono y la Almeja, la historia de una decisión

El mono entra después.
Aquí nace el FOMO.
La ansiedad por exclusión.
La comparación social.
La sensación de estar en una caza tribal por un producto limitado.
Es emoción pura: dopamina anticipatoria.

Y cuando ya has comprado entra la almeja.
La racionalización tardía:
“Me hacía falta”,
“Era buena oportunidad”,
“Se iba a agotar”.

El PsicoMarketing explica el por qué.
El NeuroMarketing explica el cómo.
Tu modelo CMA explica quién manda en cada fase.

La fuerza de la masa: psico-sociología del consumo en estado puro


El Black Friday no funciona solo a nivel individual: funciona por contagio social.

Gente comprando como locos

Nos imitamos sin darnos cuenta.
La compra de los demás legitima la nuestra.
El comportamiento de masa reduce fricción psicológica.
La multitud convierte la oportunidad en urgencia socialmente compartida.

El Black Friday se transforma en un ritual colectivo, casi tribal.
Un evento en el que no compramos solo productos: compramos pertenencia, victoria simbólica y la sensación de “haber conseguido algo”.

Conclusión: el Black Friday no es marketing, es biología


El resultado final es un fenómeno donde:

el cocodrilo reacciona,

el mono desea,

y la almeja fabrica el relato.

El Black Friday funciona porque activa nuestra arquitectura cerebral más antigua, más emocional y más vulnerable.
El marketing solo pone el escenario; el cerebro hace el resto.

La policía de Filadelfia nunca imaginó que aquel día negro terminaría convirtiéndose en la mayor clase magistral de psicología aplicada al consumo.

César T. Gil

Psicología y Neurociencia aplicadas al Marketing a la economía y a las finanzas